jueves, 15 de marzo de 2012

El asunto de la comida


No importa si recibes dólares o euros de tus parientes en la diáspora. Si eres trabajador privado y devengas mil pesos al mes (45 dólares). O si laboras por 20 dólares mensuales en un taller estatal. Todos gastan el 80% de sus ingresos para comer caliente dos veces al día. A veces más.

Hay una notable diferencia. Los que reciben euros o dólares del exterior se alimentan mejor. Comen pollo, carne de cerdo, frijoles negros y un surtido de viandas y hortalizas. Los fines de semana se pueden dar el lujo de cenar carne de res, pescado de calidad y hasta camarones.

Sus hijos toman leche dos veces al día. Y mientras ven el culebrón brasileño por la tele, pueden 'picar' maní tostado o tomar jugos naturales de frutas. Los que hace diez meses sacaron sus licencias como trabajadores por cuenta propia no están tan amplios a la hora de escoger el menú, pero el pollo, carne de cerdo y huevos no faltan en su dieta.

Aquéllos que trabajan 40 horas semanales en una fábrica estatal son quienes peor están. Si no pueden robar artículos de valor en su empresa y viven exclusivamente de su salario, entonces sólo pueden hacer una comida diaria y desayunar café ligado con chícharos y sin leche.

De cualquier manera, unos y otros gastan el 80% del dinero para comer. Y hacer milagros. Pregúntele a Nora, jubilada, las recetas que inventa para alimentar a un nieto con Síndrome de Down y a su esposo retirado. “En mi casa entran 450 pesos por las pensiones mía y de mi marido, y mi hija mensualmente me da cien pesos. 550 pesos (21 dólares) en total. Con esa cantidad tengo que cocinar para todo un mes”.

Según Nora, en el pasado verano el abastecimiento de algunos alimentos en los agromercados se mantuvo estable. Pero los frijoles, negros o colorados, estuvieron perdidos, igual que las judías y los garbanzos. “Los precios son los que no bajan”, dice con una media sonrisa.

Josefa, ama de casa, considera que, exceptuando los frijoles de cualquier color, últimamente ha habido una buena oferta y variedad. Vecinas de su cuadra aseguran que los agromercados particulares, como el de Cuatro Caminos, en el Cerro, el de 19 y B en el Vedado o el de 19 y 42 en el municipio Playa, están mejor surtidos.

“Casi siempre hay frijoles, y variedad de frutas y vegetales de estación. Eso sí, más caros que los agros del Estado”, afirma Yolanda, peluquera. Tampoco los mercados estatales venden muy barato. Los frijoles negros, cuando los hay, el Estado lo oferta a 8 pesos (40 centavos de dólar) la libra. Los frijoles colorados no faltan en los agros particulares: la libra cuesta entre 12 y 15 pesos (50 y 60 centavos de dólar).

A los particulares no se les permite vender arroz ni papas. Desde que en 2010 estos dos productos se pusieron en venta libre en comercios del gobierno, no ha habido baches en el suministro. “Ahora siempre hay arroz. También papas, aunque a veces desaparecen (http://www.cubanet.org/actualidad/viene-el-papa-pero-no-las-papas/). Los chícharos y los huevos por la libre rara vez faltan”, indica Marta, oficinista.

La libra de arroz se oferta a 5 pesos (25 centavos de dólar) y es el plato omnipresente en la dieta nacional. La papa, a peso la libra. Y el huevo a 1.50 cada uno. La mayoría de las personas con las cuales conversé reconoce que algunas cosas han mejorado desde que hace cinco años el gobierno de Raúl Castro se lanzara a fondo para revertir el problema de la comida.

También desde finales del año pasado de forma liberada se oferta azúcar, pasta dental y jabones de lavar o baño. El azúcar tiene un precio que es motivo de quejas. "Se vende a 8 pesos la libra (40 centavos de dólar). Ya nadie se acuerda que una vez Cuba fue la azucarera del mundo", dice Gustavo, maestro.

Lo que Castro II no ha logrado es abaratar el costo de los alimentos. Comparado con 2010, en 2011 la gente tuvo que pagar más caros los alimentos y el consumo eléctrico. Y lo peor: no hay una estrategia a corto plazo para elevar los salarios.

Las políticas de arrendamiento de tierras eran necesarias, pero están mal implementadas. Muchos campesinos consideran que se debiera ampliar el tiempo de arrendamiento hasta 99 años. Los agricultores privados también discrepan de la estrategia estatal de adquirir el 80% de la producción agrícola a precios ridículos, porque no incentiva a laborar la tierra.

El otro nudo gordiano que frena la producción de alimentos es burocracia. Si el plan de frijoles para el año pasado no se cumplió fue, entre otras cosas, debido a que la planta de fertilizantes Rayonitro no cumplió su entrega de 4 mil toneladas de abonos.

Los burócratas son el enemigo número uno de las actuales reformas de Raúl Castro. También las leyes anacrónicas y regulaciones absurdas. La burocracia es un engendro del sistema. Y se ha convertido en un monstruo gigantesco, que lucra con los recursos del Estado.

El General ha sabido reformar las reformas. Cuando algo no funciona no le tiembla el pulso para cambiarlo en el acto. Su meta es que cada familia tenga asegurada una buena alimentación, con leche incluida. Y no se va andar con chiquitas con quienes se lo impidan.

El asunto de la comida, ha dicho, es de seguridad nacional. Con esas cosas no se juega.

Iván García

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