miércoles, 22 de mayo de 2013

Miami: mordaza allende los mares



Con la idea de conocer cómo es la vida de los cubanos residentes en los Estados Unidos que han emprendido pequeños negocios, al estilo del cuentapropismo, realicé varias entrevistas durante mi reciente visita a ese país. El tema reveló que muchos de ellos están aún llenos de temores adquiridos en Cuba, bajo la represión del régimen.

En la totalidad de los casos me presenté como periodista independiente residente en Cuba. Más de la mitad de los entrevistados me comentaron que no deseaban realizar declaraciones políticas. Cuando aclaraba que mi única intención era describir la vida de los cubanos, para acercar las realidades de las dos orillas, no lograba mucho más.

La mayor parte de los entrevistados mostró recelos en sus respuestas; dejaron claro que deseaban continuar sus viajes a la Isla, algunos con la añoranza de emprender negocios. Otros solicitaban información del website donde se publicaría la nota. Cubanet les pareció conflictiva. En su mayoría, me preguntaron (todavía con esa forma de hablar susurrante que aprendemos en la isla) si Fidel Castro estaba muerto.

Me pareció estar en La Habana, donde entrevistar en la calle a un testigo de algún acontecimiento público requiere técnicas muy persuasivas de interrogatorio, y donde tomar una foto de un derrumbe o incendio puede ocasionar un arresto y la confiscación de la cámara fotográfica o celular. Lo que más lamenté fue el susurro y en algunos casos el rodeo con que hablaban.

En Cuba había recibido señales del rumbo que tomaba el alcance represivo del gobierno. Conozco cubanos que viven en el extranjero y no intercambian emails con miembros de la oposición para no tener problemas al entrar en la isla.

El tema cobra su máxima desvergüenza entre los cubanos que están regresando a la Isla, hipnotizados por el proceso de “perfeccionamiento del modelo económico del socialismo”. Para obtener la repatriación, hasta los perdonados desertores solicitan su reingreso en los CDR, símbolo exquisito de la doble moral en Cuba.

No pretendo que los cubanos de la diáspora digan todo lo que no pudieron decir mientras vivían en su tierra. Basta con que honren la libertad de expresión existente en el lugar donde residen.

Son lamentables las huellas que la represión ha dejado en la conciencia de los cubanos. La hipocresía como una de las consecuencias se ha extendido hasta quienes han logrado escapar del sometimiento.

Texto y foto: Augusto César San Martín
Cubanet, 26 de marzo de 2013.

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