viernes, 13 de noviembre de 2015

El último, que apague el Morro



Una semana antes de abordar el avión rumbo a Ecuador, Ángel Chamizo, 29 años, dormía encima de unos cartones en cualquier edificio abandonado de La Habana.

Ahorrar 14 mil dólares fue una odisea personal. Su madre reside en Barcelona y le giró poco dos mil euros. El resto del dinero lo reunió vendiendo su apartamento de una habitación en la barriada habanera de Lawton, y sus pertenencias, entre ellas un televisor de plasma, un equipo de música de ultima generación y un perro por el cual le dieron 75 dólares.

Tras un periplo azaroso, en la primavera de 2015 llegó a Quito. La capital ecuatoriana fue solo el punto de partida. De allí viajó clandestinamente en Colombia, Panamá, Guatemala y México, donde después tres días sin probar un bocado, sucio y barbudo, con solo 36 dólares en el bolsillo, cruzó la frontera de Juárez hacia la ciudad texana de El Paso.

Chamizo ya se encuentra en Miami. Trabaja diez horas diarias, recogiendo cítricos en Homestead. Vive en un apartamento que paga a la mitad con un pariente. Pero el culebrón no ha terminado.

Ahora su meta es reunir 15 mil dólares para sacar de Cuba a su esposa. Luego de una noche entre cerveza y música salsa en una discoteca de Miami Beach, colgó un puñado de fotos en su muro de Facebook, y una frase: La yuma es lo máximo, valió la pena tanto sacrificio.

Otros cubanos no tienen tanta suerte. Melissa, 25 años, se despidió de su madre con la promesa de cuando se estableciera en Estados Unidos comenzaría hacer gestiones para sacarla a ella y sus tres hermanos. Una mañana del otoño de 2014 viajó a Ecuador, y desde hace 10 meses, la familia desconoce su paradero.

El pasado mes de junio, Joel, 17 años, estudiante de preuniversitario, junto a un grupo de amigos, planificaron una travesía en una chalupa de madera con motor diesel de un auto sudcoreano. Sus padres no han tenido noticias de su hijo. Tres meses después, su novia, familiares y amigos lo dan por muerto.

El Estrecho de la Florida, como el Mar Mediterráneo, figuran entre los cementerios marinos más grandes del planeta. En el caso de Cuba, las historias que se cuentan de personas que queman todas sus naves y arriesgan sus vidas en aguas llenas de tiburones, van de la tragedia al final feliz.

La emigración en la Isla es más que un drama. El goteo incesante de cubanos que se marchan de su patria en busca de una existencia mejor, alcanza ribetes de desastre nacional.

Cuba se vacía. El régimen del general Raúl Castro intenta vender optimismo y futuro con su narrativa de un socialismo próspero y sustentable y cifras macroeconómicas al alza.

Pero la gente de a pie no se traga la historia. En la Isla se vive de apariencias. Mujeres y hombres, que supuestamente apoyan al gobierno, también realizan gestiones consulares para emigrar.

La opción número uno es Estados Unidos. Pero el éxodo los hace marcharse a Australia, Israel o un islote perdido en el Pacífico.

Diez meses después de un 17 de diciembre que desbordó de ilusión a miles de cubanos, el inmovilismo de la autocracia militar, las penurias cotidianas del socialismo tropical, los lleva a apostar por la emigración como puerta de salida a sus problemas.

Tomen nota. A principios de 2015, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CPB por su sigla en inglés) informó que hubo un incremento de 60% en el número de cubanos indocumentados que llegan a Estados Unidos. Según la CPB, entre octubre de 2013 y septiembre de 2014, entraron a Estados Unidos 22,162 cubanos; de los cuales 17.459 ingresaron por la frontera mexicana y 4.703 por el área de Miami.

A unos días de concluir el año fiscal en Estados Unidos, el número de cubanos que ingresaron al país era de 31,314. Si sumamos las 20 mil visas que desde 1994 otorga el gobierno estadounidense por concepto de reunificación familiar, en el último año más de 51 mil se han radicado en esa nación.

Según expertos, el incremento en el número de cubanos que intentan a toda costa escapar del 'paraíso' castrista, se debe al temor de que con el proceso de apertura entre Cuba y Estados Unidos, en algún momento se acuerde la derogación de la Ley de Ajuste Cubano.

Con una economía al pairo y las arcas públicas en bancarrota, en la Isla solo crecen tres cosas: marabú, ancianos y emigrantes.

Iván García
Foto de Geysis Gómez tomada de Visión del Morro .

1 comentario:

  1. Desde el año 1994 hasta el 2014, a razón de 20 mil visas anuales (escogidas por las autoridades de E.U.) serían 400 mil cubanos en 20 años. La mayoría jóvenes y con aceptable preparación.

    ResponderEliminar

Los comentarios en este blog están supervisados. No por censura, sino para impedir ofensas e insultos, que lamentablemente muchas personas se consideran con "derecho" a proferir a partir de un concepto equivocado de "libertad de expresión". También para eliminar publicidad no relacionada con los artículos del blog. Por ello los comentarios pueden demorar algunas horas en aparecer en el blog.