domingo, 27 de noviembre de 2016

Opiniones y artículos a raíz de la muerte de Fidel Castro (I)


En el artículo Luz y sombras: Fidel Castro, Patricia Islas solo incluyó una parte de las respuestas que le di a dos preguntas que me hizo. A continuación, sus preguntas y mis respuestas:

Lo que significó y hoy para mí significa Fidel Castro

-No fui devota de Fidel Castro ni de sus ideas (nunca fui militante del partido comunista). Tal vez esa falta de fanatismo se debió a que tuve oportunidad de conocerle de cerca y de haber conversado con él en 1960, 1961, 1984 y 1986, cuando me citó a su despacho en el Palacio de la Revolución.

-Siempre lo vi como un hombre carismático, con don de palabra, capaz de improvisar durante horas ante un micrófono o un interlocutor. Pero no como un ser superior a los demás.

-Al principio creí que iba a transformar a Cuba en un país democrático y desarrollado, pero mi desencanto comenzó en 1970, cuando se le metió en la cabeza hacer una zafra de diez millones de toneladas de azúcar. Después, con los éxodos masivos de cubanos en 1980 y 1994. Hasta que finalmente se le cayó la careta de revolucionario y salvador de la patria y la humanidad y le salió su verdadero rostro, el de un autócrata.

Lo que va a pasar con su desaparición

-Cuando Fidel Castro muera, lo que va a pasar es que van a convertirlo en mercancía, en dinero, como ya convirtieron al Che Guevara. De hecho ya lo están haciendo, alquilando las que fueron sus limusinas a turistas ingenuos y desprevenidos, como son muchos europeos, suizos incluidos.

-En Cuba todo está amarrado para que la dinastía de los Castro siga gobernando. Sus sucesores, los hijos, nietos y sobrinos de él y de su hermano Raúl, harán lo indecible por mantener viva su imagen, no creo que embalsamándolo como a Lenin, si no con camisetas, pins, fotos, exposiciones, libros, filmes, excursiones, comics, videogames.. Y abrirán algún restaurante especializado en las comidas que a Fidel le gustaban. Los países totalitarios son muy propicios al culto a la personalidad.

Marco Antonio Pérez López, administrado del blog, en Facebook escribió:

Honestamente, estoy triste por la muerte de Fidel Castro. Estoy triste y enojado porque el muy hijo de puta se salió con la suya y se fue de este mundo sin recibir el rotundo castigo que se merecía:

-por los miles de muertos que provocó en sus guerras e intervenciones militares absurdas en todo el mundo, tanto abiertas como encubiertas;

-por los miles de muertos desconocidos que reposan en el fondo del océano tras tratar de escapar de su maniático régimen de represión y locura;

-por haber sembrado el odio y la división entre los cubanos y haber separado familias con conflictos y muertes innecesarias durante más de 50 años;

-por haber ofrendado la vida y la misma existencia de todo ser vivo en su propio país al solicitar a los soviéticos que iniciaran la agresión atómica contra Estados Unidos;

-por haber doblegado y transformado el carácter del pueblo cubano, de un pueblo abierto, optimista y valiente, a una medrosa comunidad escapista donde la delación del prójimo, la mediocridad, el terror al poder y el oportunismo son las claves para el triunfo;

-por haber ayudado a instigar en la mente de millones de personas en todo el mundo la idea de que un sistema por naturaleza totalitario, improductivo, represivo y reaccionario como el socialismo, basado en el control absoluto de la libertad de las personas y la sociedad toda por una camarilla cupular y mafiosa, es la etapa "superior" del desarrollo social;

-por haber entrenado clandestinamente en Cuba y apoyado con armas, logística y dinero a las guerrillas izquierdistas de todos los continentes que tantas muertes causaron y aún causan en el mundo desde la segunda mitad del siglo XX;

-por haber ordenado el asesinato, desaparición o neutralización de todo aquel de sus colaboradores que osara exhibir el más mínimo síntoma de pensamiento independiente o disentir de sus úcases;

-por haber llevado a la economía cubana, de una de las tres primeras de América Latina, a una de las últimas;

-por haber dilapidado, distorsionado y destrozado la riqueza natural, histórica y arquitectónica del país en sus muchas maniáticas campañas masivas;

-por haber implantado una tiranía totalitaria dinástica unifamiliar de la que será muy difícil que Cuba pueda librarse en muchos años (ojalá esté equivocado).

Adiós Fidel. Ojalá nunca hubieras nacido y ojalá que dondequiera que estés, estés pagando lo que 90 años más no te hubieran bastado para pagar en vida.

Un amigo cubano temporalmente viviendo en España:

Quienes vivimos en la Cuba castrista sabemos que el difunto no pudo haber hecho nada de lo que hizo sin el concurso y la participación del populacho (o pueblo, según prefieran). Hay muchos que si no vivieran en Miami hoy, estarían haciendo cola en la Plaza de la Revolución, -la mayoría con la excusa de "mantener una buena imagen y no meterse en problemas"- para firmar el libro de condolencias.

Muchos cubanos, tan críticos del "castro-comunismo", no dudan en apoyar ideas facistas, a gente tan o más peligrosa que el difunto. Eso se llama hipocresía.

Tenemos un problema serio, se puede decir que histórico. Nuestra deleznable adicción por los "americanos". Los presidentes americanos, los americanos en general, "ese gran país", que de alguna manera resolverán "el problema de Cuba". Un wishful thinking miserable. Una masturbación mental sin eyaculación. Esa esperanza es más que ingenua; encierra en sí misma un nivel de cobardía y una estupidez vergonzosa.

Los fidelitos, Varela en su blog

La celebración se volvió un mítin de repudio contra nosotros mismos. Se suponía que Miami era mejor que Cuba, pero el odio sigue, y el miedo (el miedo a lo que fuiste).

Queda claro que a medida que baja el nivel intelectual, aumenta el aspaviento por la muerte de Fidel. Pero la fiesta va como circo vulgar, más allá del folklor y la escena popular.

A mí, Fidel me quitó la cuna de seda, bungalow en la playa, cuatro negocios de mi abuelo y mi padre que ahora fueran míos, tres barcos y cinco automóviles. Encima, no me dio carrera universitaria, ni pasaje aéreo para viajar al extranjero y quedarme, que por eso me largué en un barco camaronero con 200 fugitivos más, la mitad sacados de la cárcel.

Entonces veo que ahora saltan, bailan y gritan por las calles aquéllos que se hicieron gracias a Fidel, sacados de la orilla, de la ignominia social, por Fidel; que se graduaron gracias a Fidel, que viajaron gracias a Fidel, y que se quedaron en el extranjero gracias a Fidel también.

Qué desagradecidos son. Se murió Fidel, pero quedan los fidelitos. Estamos jodidos para siempre.

Leer también veinte artículos de autores cubanos

¿Festejar la muerte?, Félix Luis Viera
Ascendido a los cielos, Raúl Rivero
¿Podremos zafarnos de su sombra?, Luis Cino
Cuba sobrevive a Fidel Castro, Yoani Sánchez
"Oye, se murió quien tu sabes", Iván García
El Fidel que muere, Rafael Rojas
La imagen lo absorberá, Iván de la Nuez
"Se murió el Fifo, pero nosotros no", Lourdes Gómez
El Rey ha muerto, Luis Rondón
El hombre nuclear, Alberto Méndez Castelló
Inventario de dolientes, María Matienzo
La primera madrugada sin Fidel, El Toque
Parálisis, calles vacías y loas a Fidel, Ignacio Islas
Su fantasma, Tania Díaz Castro
Y ahora... nada, Luis Manuel García
El día que le acaricié la barba a Fidel y dejé de creer en él, Juan Juan Almeida
Hace treinta años hablé con Fidel Castro, Tania Quintero

Foto: Estudiantes colocan velas alrededor de una imagen de Fidel Castro en la Universidad de La Habana, durante una vigilia el sábado 26 de noviembre de 2016. Foto de Ramón Espinosa de AP tomada de El Nuevo Herald.

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